Después de más de cuatro meses sin aparecer por esta zona de la red, regreso para continuar divagando y experimentando con mi blog sobre las artes. De hecho, últimamente, el arte está más presente que nunca en mi vida y por eso me apetece compartir mis vivencias con todo aquel que desee entretenerse un rato.
Para inaugurar de nuevo este espacio casi virgen, traigo la pureza y perfección de la obra de uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. Este no es otro que nuestro patrio Salvador Dalí, del que últimamente he estado aprendiendo entusiasmadamente sobre su vida y su trabajo (ergo no debe extrañador que próximamente dedique varias entradas a su genio).
En esta ocasión, os propongo el visionado del cortometraje surgido de la unión de dos genialidades, Dalí y Disney. Las imágenes del video no fueron realizadas íntegramente por el artista español, sino que se basan en los bocetos que realizó para el proyecto antes de que este se cancelara por causas económicas.
El corto ha sido recientemente incorporado a la nueva edición de Fantasía 2000 (la película de Disney que consta de una serie de cortometrajes musicales, muy en la linea vanguardista y experimental), con un fondo musical de una preciosa canción bolero de Armando Domínguez. La calidad del dibujo es impresionante por la originalidad y belleza onírica que desprende, así que os recomiendo que no os perdáis la belleza de una obra de arte de este calibre.
La historia, como en cualquier obra vanguardista, tiene un punto de libre interpretación, pero básicamente se construye alrededor de un simbólico amor imposible, en la que una pareja es incapaz de mantenerse unida a causa de la desprobación de la sociedad. No obstante, a pesar de varios desencuentros de los amantes, acabarán viviendo por siempre uno en el corazón del otro, pues ese es su... destino.
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